Entrevista a

Luz Jiménez

Actriz chilena con una trayectoria de seis décadas años en teatro, cine y televisión. Inició su carrera en el Teatro Experimental de la Universidad de Chile y es una de las figuras fundadoras del área dramática de Televisión Nacional de Chile, consolidándose como un referente en la actuación. Además, es docente y directora de teatro.

Ref: (Jiménez, L., comunicación personal, 13 de mayo de 2024)

Entrevistadora (E): Tu primera teleserie fue Villa Los Aromos. ¿Fue también para Marco Correa su primera teleserie?


Luz Jiménez: Yo creo que esta fue la primera teleserie en la cual la Sonia Fuchs empezó a estar ahí, y yo creo que Marco también. En ese momento pasó algo muy importante. Ella, la Sonia, colaboró o creó o aportó, como queramos llamarlo, a la instalación del área dramática del Canal 7. Y era bastante riguroso. Sí, fue la primera. Hice hartas nanas yo. Era allá arriba en Arrieta en una casa increíble. Fue un momento inolvidable, porque llegar a esa casa con ese jardín, o parque, más bien dicho, era algo fuera de este mundo, era maravilloso. Fue un comienzo muy extraordinario. Todas tenían unos trajes preciosos, de época. Y yo con mi delantal de nana.


E: Al ser de época todo tenía una construcción bien bonita.


LJ: De todas maneras. Era un creador único, y era muy yunta con la Sonia. Muy cercano. Y Marco influía mucho en la creación visual. Era admirable. Ahí lo conocí. Ese fue nuestro primer encuentro.


E: Marco y Sonia venían trabajando en teatro, entiendo, porque Sonia hacía producción teatral, y fue muy visionaria en traer estos artistas del teatro para armar esta área dramática. Había visto este trabajo y lo integró a este lenguaje. Usted también venía del mundo del teatro.


LJ: De Tres Marías y una Rosa. Veníamos de vuelta de una gira increíble. Y ella nos llamó. Fue muy lindo, una experiencia increíble.


E: Y algo completamente nuevo, ¿no? Me imagino, por ejemplo, en el caso de Marco, de crear esta área nueva de vestuario para un lenguaje distinto. ¿Cómo era la relación con él?


LJ: Él era muy gentil, y muy determinado. A él uno no le discutía (ríe). Uno se dejaba llevar, uno sentía el compromiso que él tenía con su trabajo, con lo que estaba haciendo. Era tan respetuoso, y tan serio, que uno no metía su cuchara. Así, uno confiaba de antemano por el cuidado con el que él creaba y, en el fondo, todos nos dejábamos llevar. Era muy serio en su trabajo, era muy respetable y encantador. Y muy yunta con la Sonia, entonces había algo ahí muy agradable.


E: Y en caso de que usted tuviera una propuesta o una idea, ¿él estaba abierto a conversar?


LJ: Sí, totalmente. Él era muy cuidadoso en eso, era muy flexible. Pero todo el mundo quedaba encantado con sus creaciones entonces no había discusión, nada. Era muy lindo.


E: ¿Cómo fue el trabajo para desarrollar su primer personaje protagónico Kiki Blanche para la teleserie Bellas y audaces?


LJ: Bueno empezó de la manera más curiosa y hermosa de toda mi vida. La Sonia se quejaba que no podía encontrar protagonista, no podía encontrar este personaje, que tenía que tener por lo menos 50 años, tenía 4 hijas adoptivas y tenía una, y había sido vedette. Estaba confundida, buscando y yo, ¿qué le dije? ¿puedes adivinar? Yo levanté mi mano y le dije “yo lo puedo hacer”. “Sí”, le dije yo, “yo hice danza. Era mi primera opción, pero llegué tarde, y entré a teatro. Yo tengo la edad y creo que me gustaría hacerlo, y creo que lo haría muy bien”. Entonces ella se quedó pensando, lo conversó con Marco. Y Marco dijo que sí, nada más. Yo después recuerdo a Marco en otra oportunidad, mucho más adelante. Le dije “Marco, tú creas la mitad del personaje. Yo me visto con la ropa de Kiki Blanche y ahí estoy”, y es verdad. A ese punto él se entregaba, se conectaba. Entonces uno le tenía toda la confianza, yo no le preguntaba ni le corregía ni rebatía ni nada. Me acuerdo, el primer traje que me puso para la primera escena, un traje que por ahí lo he visto en foto, no sé si era como de leopardo, pero era blanco con negro, y yo lo hice… un exterior por acá cerca en providencia, esa parte donde hay hartos bancos a la entrada, en una calle ciega.

Al llegar a Pedro de Valdivia, acá en Providencia. Era un restorán, parece. Entonces yo con unos tacos enormes, de 12 centímetros que me los mandé a hacer, café y negro, uñas, peinado… Pato Araya me quería hacer un sofisticado, cortito, y yo le dije que no, yo no me corto el pelo. Tenía tremenda melena, largo, mucho pelo. Y en eso él me apoyó. Fue una pelea que duró muchos años con Pato Araya, pero después nos reconciliamos, porque después él me hizo unos peinados maravillosos. Yo creo que me encontró la razón, porque yo alta no soy. Yo me sentía muy apoyada. Yo me ponía la ropa, no discutía, no preguntaba nada. Era total creación de él.


E: ¿Y eso sucede con otros diseñadores?


LJ: Nunca me tocó hacer un personaje tan notorio. Sí, hice otros dos, el de la gitana, pero ahí era poca variación. Muy lindo todo, pero era diferente. Esto era distinto, era muy importante. Yo tampoco me daba cuenta de que era muy importante el aspecto de ella. Yo hacía no más, yo leía los textos, uno sigue y sigue y sigue cuando tiene un personaje de ese tamaño. Para mí fue un apoyo muy grande, muy importante el de Marco. Él siempre me ayudó. La creación de él era lindísima.


E: ¿En esta creación había un superior para Marco?


LJ: El director y la Sonia. Era todo. Pero nadie le discutía porque era muy eficiente y muy eficaz lo que él proponía. Era casi un descanso. Era como entrar a tu casa. Tú veías como él disfrutaba de su creación, de su trabajo. Con todos, no sólo con ese personaje. Todos los demás. Y corría como loco de un lado a otro, pero nadie le discutía, y era muy agradable.


E: Y además en esa teleserie había un planteamiento en sí mismo que tenía que ver con la moda, y una estética muy pop de fines de los 80. El tratamiento visual de Kiki Blanche sobresale mucho de los otros personajes femeninos porque tiene esta característica bien especial al tratarse de una ex vedette con un pasado glamuroso.


LJ: Claro, porque estaba esa otra parte de ella. Porque era el pasado esto de que era vedette, y ella tenía un amor que era, bueno, su verdadero amor, y otro que era su pareja, que tenía ahí un problema ella, entre esos dos hombres. Claro, y el hecho de las hijas y con los problemas de cada hija, y los posibles novios de ellas, había problemas sentimentales bastante potentes en esa historia.


E: Marco Correa era también diseñador de moda, cree que además del conocimiento técnico en cuanto a silueta y paleta de colores, algo en lo que se destacaba, tenía una sensibilidad especial para crear estos potentes personajes femeninos?


LJ: Yo creo que él tenía mucho conocimiento, no hacía nada al lote. Tú confiabas ciento por ciento en él. Por ejemplo, para mí, uno de los momentos más importantes de la teleserie es cuando yo… no sé por qué salió esa parte, en la cual ella recuerda cuando bajaba la escalera cantando, como la Barbara Streisand. Ahí él hizo un vestuario precioso. Fue todo muy rápido, no hubo mucho tiempo de preparación. Pero ahí salió todo mi trabajo de juventud, cuando me fui a entrenar con el grupo de danza del canal 7. Iba todas las mañanas antes de la grabación, por lo menos una semana entera o diez días, y yo entrenaba con ellos esto de la bajada de la escalera, cantando. Bueno, doblando, en el fondo la voz que salía como karaoke… Hello Dolly. Entonces yo supuestamente cantaba, pero yo me la aprendí a fondo, y toda la parte física fue la que entrené con todo ese grupo de jóvenes, y cómo bailábamos abajo y todo. Eso fue muy lindo, fue como recuperar algo que yo había hecho cuando era muy muy joven, y lo hice con un placer tan grande. Cada vez que bajo una escalera me acuerdo (ríe) cómo fui capaz de bajar la escalera, y subir la pierna y bajarla en cada lugar (ríe). Fue increíble, fue muy lindo eso. Y todos ellos abajo mirando, la Sonia no podía creer. Claro, yo había trabajado seriamente todas las mañanas muy temprano con el equipo de danza del canal 7. Te fijas que no era poca cosa, no era así no más, era a concho toda la canción.


E: ¿Y Marco preparó un vestuario especial?


LJ: Claro, exactamente. Yo me impresioné mucho con el vestuario porque era bellísimo, era maravilloso. Me gusta cuando veo esa escena en la tele, es bonita. Pero él era el gran apoyo. Me acuerdo de la Sonia y él ahí abajo, y el director mirando, todos emocionados.


E: Y él participaba de todas las decisiones artísticas?


LJ: Mucho, era una voz que uno escuchaba.


E: Pensando en las características de Marco, en el trabajo que él desarrolló, ¿usted cree que él tenía un estilo como diseñador audiovisual?


LJ: Yo creo que su estilo era su seriedad, su manera de mirar cada personaje como individuo, y crear lo mejor para él. Y él yo creo que sentía un placer inmenso al hacer su trabajo, un amor muy grande que era indiscutible. Nadie le discutía, todo el mundo asumía, nadie se quejaba, nada. Él era un paso obligado y feliz para todos, no había ningún tope de nada. Y era muy importante.


E: ¿Era un artista?


LJ: Total y completamente. Único, él. Gentil, inteligente, agradable. El mejor de los recuerdos.

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