“(En La Quintrala) se nota el estudio del periodo”

Sara Acuña, investigadora independiente, licenciada y magíster en Historia, y especialista en historia cultural del siglo XIX, pone en valor el estudio del diseño de vestuario y, en este marco, el trabajo que hizo Marco Correa al diseñar las piezas usadas en la miniserie La Quintrala (TVN, 1987).

¿Por qué te parece relevante estudiar el diseño de vestuario y su evolución, y en particular el trabajo y la propuesta de un diseñador? Esto, en el marco de la investigación en temas de cultura, arte e incluso historiográfica.


Creo que es un privilegio el poder hacer un seguimiento a un diseñador o diseñadora. Por lo general, es difícil. Son las mismas marcas las que, por lo general, mantienen sus propios archivos y luego dan forma a sus propios museos, que es lo que pasa en Europa y Estados Unidos con las marcas de diseñador. Pero en Chile las marcas desaparecen y las obras quedan desperdigadas. Lo interesante es que, al enfocarnos en un solo personaje o colectivo, es posible ver sus motivaciones, sus obsesiones, aprendizajes y también su evolución creativa. Se puede obtener conclusiones relevantes acerca de su manera de trabajar con la materialidad disponible, con el manejo de técnicas y tecnologías (por ejemplo, en los diseños de Correa se observa un uso muy específico de la máquina overlock y del tejido de punto para realizar alta costura, o su versión de ella), o abrir preguntas respecto de cómo la industria textil local fue capaz de responder a las modas o a los diseñadores y las diseñadoras.


¿Te parece relevante la producción de obras audiovisuales de ficción histórica que narren hechos de nuestro país? ¿Cuál sería el aporte de dichas producciones?


“Me parecen muy necesarias las producciones audiovisuales de ficción histórica mientras no se queden en la anécdota, la rareza o la simple curiosidad. Levantar cualquier relato no debería funcionar solo como una manera de rescatarlo del olvido. El simple hecho de querer volver a narrar algo, el deseo de volver a desarrollarlo, responde a una necesidad que es contextual y que tiene que ver con algo que está pasando. Que en los ochenta, TVN, canal estatal, decidiera poner plata y tiempo y energía para realizar una miniserie acerca de La Quintrala, una obra de 1877 que reconstruye una historia que a su vez es colonial, no es casual ni anecdótico, como tampoco lo fue que el mismo Vicuña Mackenna decidiera en el último tercio del siglo XIX dar sentido a un relato del siglo XVII. Creo que uno de los aportes de estas producciones es el convertirse a la vez en nuevos documentos históricos, que podemos revisar en el presente, o en el futuro, para cuestionar las motivaciones y los intereses tanto de las épocas que retratan como los momentos en que fueron realizadas las producciones mismas”.


Tuviste la oportunidad de apreciar y analizar de cerca varias piezas de vestuario diseñadas por Marco Correa y confeccionadas por los talleres de TVN para la miniserie La Quintrala. Como historiadora e investigadora del quehacer de los talleres de confección de los siglos XIX y XX, ¿qué opinas sobre el trabajo realizado para la miniserie? ¿Hubo algún aspecto en particular que te llamara la atención, ya sea en los materiales, la confección, los detalles, el moldaje…?


“Lo que más llamó mi atención fueron los diseños, porque se nota el estudio del periodo a representar, pero también los materiales, por su calidad y cantidad. Estudiar ese periodo implica revisar mayormente obras de arte, pinturas, óleos, y traducir ese lenguaje visual en piezas con volumen y materiales concretos. Me llamó mucho la atención la calidad de los paños y la cantidad de brocados y de tela en general que se ocuparon para la realización de cada pieza. Todo eso le da un peso y una estructura que repercute en el cuerpo de los actores, que determina, de alguna manera, la disposición física frente a lo que están interpretando. La calidad en la confección de las piezas, sumado al estudio de la época, permite que estas superen el disfraz y se conviertan en atuendos. El tema de los materiales es relevante porque también tiene que ver con una industria local capaz de satisfacer las demandas de Marco Correa y su equipo, con paños que hasta el día de hoy no han perdido color ni calidad”.

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